La muerte siempre me ha causado curiosidad, desde niña me preguntaba como se sentiría, no me da miedo, solo me daría tristeza si tuviera que pasar por una larga y desgastante enfermedad con toda la gente que me quiere sintiendo pena por mí.
Si de algo estoy segura es de cómo quiero mi despedida: Sin velorio, el espíritu para ese entonces se habrá ido, quiero ser cremada directamente después de los trámites legales, puesta en una urna y llevada al mar, la gente que quiera acompañar a mis cenizas deberá ir vestida de blanco y si desean llevar flores serán unicamente blancas.
Mis hermanos vaciaran las cenizas en el agua y todos lanzaran las flores al mar.
Nada de misas ni servicios religiosos, nada de lagrimas ni sentimientos de pesar.