lunes, julio 31, 2006

Un giro de 180°

Creo que después de 4 meses por fin comienzo dejar de sentirme fuera de lugar en esta nueva aventura, me resultó mucho mas difícil de lo que creía dejar atrás el lugar que se convirtió en mi casa, esa ciudad que me adoptó como hija propia, que me dio a tanta gente tan amada, que me vio crecer, reír, llorar, que fue cómplice de mis travesuras de adolescente y mis comienzos como profesionista, ese lugar en donde viví las cosas mas hermosas de mi vida y las más dolorosas también.

De la noche a la mañana tuve que tomar la decisión de dejar todo eso atrás, mi historia, a mi familia y a mis amigos; siempre he pensado que mi vida es un gran sarcasmo y todo lo que ha pasado últimamente lo único que hace es confirmármelo.

El sueño mas deseado y más breve…o la decisión más difícil de mi vida


Unos meses antes de dar este giro tan inusitado creí haber encontrado el trabajo de mis sueños, desde que estaba en la Universidad soñaba con trabajar en telecomunicaciones, hice muchos trabajos y me metí en algunos problemas por tratar de conseguirlo, desgraciadamente nunca sucedió, parecía que mientras mas me esforzaba mas lejos quedaba de mi objetivo, un buen día recibí la llamada más inesperada de toda mi vida, era Francisco Guerrero, gerente de comunicaciones y sistemas de SATMEX (Satélites Mexicanos) me ofrecía la oportunidad de mis sueños, el único inconveniente era que debía de comenzar realmente desde abajo y sin la seguridad real de conseguir un contrato debido a la banca rota en la que se encuentra la empresa, aún con todo, no dudé ni un segundo para aceptar el trato, me sentía como si todo fuera irreal, tardé algunas semanas en acostumbrarme a llegar al centro de control como si fuera mi casa y dejar de verlo como ese lugar que me parecía tan inalcanzable, era increible estar ahí, caminar entre las consolas de control de nave espacial y los equipos que tanto deseaba aprender a operar, estaba YO, en el área de monitoreo, capacitándome como Analista de Acceso y Tráfico y afortunadamente mi desempeño fue tan bueno que en la mitad del tiempo esperado yo ya estaba atendiendo clientes, y así pasaron 2 maravillosos meses en los que aprendí muchas mas cosas de las que pudieran haberme enseñado en la Universidad.
Un buen día (o malo, aún no lo sé) recibí un correo electrónico, era de parte de la empresa proveedora del sistema que administraba y operaba en mi trabajo anterior (debo decir que jamás pensé que trabajar en la industria podría gustarme, pero hubo muchos factores que me hicieron disfrutarlo realmente), -tuve la fortuna de haber sido capacitada en un sistema que solo se había implementado 3 veces a nivel mundial, los consultores y el soporte se encontraban mayormente en Europa, y a mi salida de la empresa quedaron prácticamente sin más conocimiento que la documentación que dejé, curiosamente cuando me fui sentí que en algún momento iba a volver, de eso estaba completamente segura aunque no sabía el porque, es de esas extrañas sensasiones que he tenido a lo largo de mi vida y que resultan siempre en algo inesperado- en el correo me decían que estaban interesados en contratarme, me hicieron una oferta económica muy difícil de rechazar y además de eso, me avisaban que de aceptar debía viajar inmediatamente a Ámsterdam a un curso de capacitación.
Tuve que comenzar a pensar en el futuro, en ese momento estaba viviendo profesionalmente lo que siempre había querido, desafortunadamente la situación económica en la que me encontraba y la falta de seguridad de un contrato con Satmex me hizo inclinarme por la nueva oferta que tenía, apenas tuve un poco más de una semana para hacer todos mis preparativos, despedirme de toda mi gente y mentalizar que iba a otra ciudad en donde me iba a encontrar completamente sola.
Llegado el día de mi partida tuve que pedir que nadie fuera a despedirme al aeropuerto, me sentía triste y con una gran incertidumbre ante lo que me esperaba lejos de mi hogar y preferí irme sin llorar, así que solo fué uno de mis mejores amigos a dejarme, en cuanto pude lo abrace muy fuerte, me dí la media vuelta y entre a la sala de abordaje.

El amor

Cosas que solo en mi mente existieron

Despierto temblando, está obscuro aún y hace frío, y duele, este dolor oprime tan fuerte mi pecho que apenas si puedo respirar, mi almohada está empapada de los ríos que brotaron de mis ojos toda la noche, ¿Cuantas lágrimas se pueden llorar en una vida?, y duermo, y no despertar nunca, si, eso es lo que quisiera, hasta que te hayas borrado de mi alma, hasta que no recuerde como era tu rostro, hasta que la noche se reconcilie con el día y el sol pueda venir a vivir en el mar.

domingo, julio 30, 2006

Ámsterdam... el curso




Después de dormir como bebé mas de 12 horas y ya habiendo ido a conocer el centro comercial del aeropuerto (sin haberme atrevido a ir a Ámsterdam en tren) llegó el lunes, averigüe que Robin llegaba ese mismo día unas horas antes de que empezáramos el curso (había perdido el avión por estar en el Derby de Kentucky...por cierto Robin es la consultora que me capacito en el sistema con el que ahora trabajo), pedí a la recepción que me comunicaran a su habitación y bajé a desayunar con ella. Un rato más tarde estábamos llegando a las oficinas de la empresa, allí ella empezó a saludar a todos y a presentarme con ellos, había una interesante mezcla de gente de varias partes del mundo y ahí estaba yo, entre Indús, Ingleses, Irlandeses, Franceses, Portugueses, Españoles y varios Holandeses.

Por fin llegó el instructor que nos tocaba esa semana, Loui, un Irlandés con cara de….Irlandés!! Puede sonar ridículo pero todos los que conozco tienen la misma pinta de duendecillos, en fin, entre su acento un tanto extraño, su apresurada manera de hablar y la novedad de la nueva versión del sistema me perdí un poco durante los primeros dos días, aunque siempre tenía al dulce Matt y a Robin a la mano para salir de dudas.

Ámsterdam... día cero

Después de todas las decisiones, despedidas, encuentros y aventuras que se me agolparon en apenas un par de semanas ,comenzaba una más... como lo había acordado con mi nuevo jefe tenía que irme a un curso de capacitación a Holanda, apenas una semana después de haber llegado a esta enorme ciudad, estaba ya de nuevo haciendo mis maletas.

Fue un vuelo largísimo, 12 horas en clase turista no son para disfrutarse, lo único bueno de todo fue el sobrecargo holandés guapísimo que me atendía, no podía conciliar el sueño y estaba harta de los documentales y películas que estaban proyectando, así que decidí que un poco de vino podría ayudarme a relajarme y descasar, después de ver por enésima vez el catalogo del duty free finalmente pude dormir.

Muchas horas después y habiendo pasado varias rondas de esa terrible comida que sirven en los aviones por fin llegamos a nuestro destino, con la espalda cansada y las piernas rogando por movimiento tomamos nuestras cosas y bajamos del avión.

Y ahí estaba, en donde hacía apenas unas semanas ni siquiera imaginaba que podría estar, con las instrucciones para llegar a mi hotel y más cansancio que emoción por estar por primera vez fuera del continente americano.

Lo primero que me sorprendió fue la mezcla de culturas que pululaban junto a mí, gente de todos los colores, religiones y nacionalidades yendo y viniendo entre carritos con maletas y niños llorando, finalmente recogí mi equipaje y me dirigí a la salida esperando a que revisaran la etiqueta para comprobar si mis maletas realmente me pertenecían, pero eso nunca sucedió, salí así, sin más revisión que la del modulo de migración en donde sellaron mi pasaporte 2 veces por error, el sello tenía una fecha anterior a la de ese día y después de reírme con el encargado solo me preguntó el motivo de mi visita, le dije sobre mi curso y me dejó pasar sin ningún problema.

No llevaba dinero en efectivo, así que lo primero que hice fue pasar a un banco que estaba ahí adentro del mismo aeropuerto a cambiar uno de mis traveler checks por euros. Después de eso ya no pensaba en nada más que llegar al hotel y darme un baño, así que me dirigí a la zona de shuttles en donde de inmediato llegó el mío, dejé que subieran mis maletas y después de cruzar un par de palabras con el chofer abordé el camioncito, no pasaron más de cinco minutos cuando ya íbamos de camino al hotel, todo parecía una maqueta, no había basura por ningún lado, el aeropuerto se encuentra en un lugar llamado Schiphol que es un distrito meramente empresarial, se localiza a unos 20 minutos en tren de Ámsterdam, recorrimos la carretera que llevaba al hotel pasando por algunos campos de cultivo en donde vi vacas realmente gordas…no de esas que tenemos en Hermosillo y después de unos 15 minutos finalmente llegamos, el chofer amablemente llevó mis maletas hasta la recepción y después de aclarar algunos mal entendidos y acordar que la cuenta se pagaría con la tarjeta de crédito de mi empresa por fin pude subir a mi habitación a descansar.

sábado, julio 29, 2006

Volviendo a las raíces

Fue un vuelo muy corto, apenas un par de horas y ya estaba aterrizando en la ciudad que me vio nacer y a la que volvía, ¡claro que volvía!, siempre lo supe. Recorrí los largos pasillos del aeropuerto hasta llegar al área de entrega de equipaje, en ese momento me di cuenta de que inmediatamente después de que me habían dicho en que banda estaban mis maletas lo había olvidado, así supe que estaba perdida dentro de mí misma, busque caras conocidas de la gente que venía en mi vuelo y hasta un rato después vi la pantalla que señalaba en donde estaba mi equipaje, lo recogí, y fui a buscar a un amigo que estaba esperándome desde hacía un rato.

En realidad era poco más que un amigo, era un ex compañero de trabajo con el que tenía algo parecido a una relación a larga distancia, hacía poco más de 1 año que no nos veíamos, de inmediato salí de mi trance y comenzaron mis nervios, nos abrazamos y en ese momento sentí que no estaba tan sola. Nos dirigimos al estacionamiento, acomodamos todo en el carro y... ¡El carro no arrancaba!, tenía una alarma que intervenía el sistema eléctrico, el problema es que estaba dañada y había que agarrarle la maña para que funcionara, trató, trató, trató y trató de hacerlo arrancar pero nada funcionaba, yo había estado analizando la alarma y me di cuenta de que había que esperar alrededor de 10 minutos, así que ante su desesperación lo único que pude hacer fue quitarle las llaves para que dejara de resetear el tiempo que necesitaba la alarma para liberar el arranque, pasaron los 10 minutos y voila, arrancó, después de casi una hora que estuvimos en el carro riéndolos de la ridícula situación.

Por fin salimos del aeropuerto, no sin antes pagar el tiempo que estuvimos demás y aquí es donde comienza la primer aventura, resulta que mi amigo no conocía bien esa parte de la ciudad, he de decir que es un verdadero laberinto así que inevitablemente nos perdimos varias veces y por varias horas antes de dar con la suite en la que iba a hospedarme....continuará
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22/10/06

Continuación...

Mi primer semana en la ciudad fue un poco extraña, tratando de incorporarme a mi nuevo trabajo, yendo a Satmex (lo cual no era nada sencillo porque estaba al otro extremo de la ciudad), haciendo los preparativos para mi viaje a Ámsterdam, buscando departamento, acostumbrándome a vivir sola, en fin, el tornado en el que me había metido unas semanas antes no había terminado todavía.

Cuando llegó el sábado, hice mis maletas, me fui al aeropuerto y tomé el avión que me llevaría a la siguiente parte de mi aventura.