sábado, julio 29, 2006

Volviendo a las raíces

Fue un vuelo muy corto, apenas un par de horas y ya estaba aterrizando en la ciudad que me vio nacer y a la que volvía, ¡claro que volvía!, siempre lo supe. Recorrí los largos pasillos del aeropuerto hasta llegar al área de entrega de equipaje, en ese momento me di cuenta de que inmediatamente después de que me habían dicho en que banda estaban mis maletas lo había olvidado, así supe que estaba perdida dentro de mí misma, busque caras conocidas de la gente que venía en mi vuelo y hasta un rato después vi la pantalla que señalaba en donde estaba mi equipaje, lo recogí, y fui a buscar a un amigo que estaba esperándome desde hacía un rato.

En realidad era poco más que un amigo, era un ex compañero de trabajo con el que tenía algo parecido a una relación a larga distancia, hacía poco más de 1 año que no nos veíamos, de inmediato salí de mi trance y comenzaron mis nervios, nos abrazamos y en ese momento sentí que no estaba tan sola. Nos dirigimos al estacionamiento, acomodamos todo en el carro y... ¡El carro no arrancaba!, tenía una alarma que intervenía el sistema eléctrico, el problema es que estaba dañada y había que agarrarle la maña para que funcionara, trató, trató, trató y trató de hacerlo arrancar pero nada funcionaba, yo había estado analizando la alarma y me di cuenta de que había que esperar alrededor de 10 minutos, así que ante su desesperación lo único que pude hacer fue quitarle las llaves para que dejara de resetear el tiempo que necesitaba la alarma para liberar el arranque, pasaron los 10 minutos y voila, arrancó, después de casi una hora que estuvimos en el carro riéndolos de la ridícula situación.

Por fin salimos del aeropuerto, no sin antes pagar el tiempo que estuvimos demás y aquí es donde comienza la primer aventura, resulta que mi amigo no conocía bien esa parte de la ciudad, he de decir que es un verdadero laberinto así que inevitablemente nos perdimos varias veces y por varias horas antes de dar con la suite en la que iba a hospedarme....continuará
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22/10/06

Continuación...

Mi primer semana en la ciudad fue un poco extraña, tratando de incorporarme a mi nuevo trabajo, yendo a Satmex (lo cual no era nada sencillo porque estaba al otro extremo de la ciudad), haciendo los preparativos para mi viaje a Ámsterdam, buscando departamento, acostumbrándome a vivir sola, en fin, el tornado en el que me había metido unas semanas antes no había terminado todavía.

Cuando llegó el sábado, hice mis maletas, me fui al aeropuerto y tomé el avión que me llevaría a la siguiente parte de mi aventura.

5 comentarios:

Anónimo dijo...
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Adriana Mendoza dijo...

No se publican comentarios de los muertos.

Anónimo dijo...

Por miedo a los fantasmas...

Adriana Mendoza dijo...

Los fantasmas no existen.

Unknown dijo...

Algún día se removerá la bruma que nubla el resto de la historia? Muero de ganas por leerla.