domingo, julio 30, 2006

Ámsterdam... día cero

Después de todas las decisiones, despedidas, encuentros y aventuras que se me agolparon en apenas un par de semanas ,comenzaba una más... como lo había acordado con mi nuevo jefe tenía que irme a un curso de capacitación a Holanda, apenas una semana después de haber llegado a esta enorme ciudad, estaba ya de nuevo haciendo mis maletas.

Fue un vuelo largísimo, 12 horas en clase turista no son para disfrutarse, lo único bueno de todo fue el sobrecargo holandés guapísimo que me atendía, no podía conciliar el sueño y estaba harta de los documentales y películas que estaban proyectando, así que decidí que un poco de vino podría ayudarme a relajarme y descasar, después de ver por enésima vez el catalogo del duty free finalmente pude dormir.

Muchas horas después y habiendo pasado varias rondas de esa terrible comida que sirven en los aviones por fin llegamos a nuestro destino, con la espalda cansada y las piernas rogando por movimiento tomamos nuestras cosas y bajamos del avión.

Y ahí estaba, en donde hacía apenas unas semanas ni siquiera imaginaba que podría estar, con las instrucciones para llegar a mi hotel y más cansancio que emoción por estar por primera vez fuera del continente americano.

Lo primero que me sorprendió fue la mezcla de culturas que pululaban junto a mí, gente de todos los colores, religiones y nacionalidades yendo y viniendo entre carritos con maletas y niños llorando, finalmente recogí mi equipaje y me dirigí a la salida esperando a que revisaran la etiqueta para comprobar si mis maletas realmente me pertenecían, pero eso nunca sucedió, salí así, sin más revisión que la del modulo de migración en donde sellaron mi pasaporte 2 veces por error, el sello tenía una fecha anterior a la de ese día y después de reírme con el encargado solo me preguntó el motivo de mi visita, le dije sobre mi curso y me dejó pasar sin ningún problema.

No llevaba dinero en efectivo, así que lo primero que hice fue pasar a un banco que estaba ahí adentro del mismo aeropuerto a cambiar uno de mis traveler checks por euros. Después de eso ya no pensaba en nada más que llegar al hotel y darme un baño, así que me dirigí a la zona de shuttles en donde de inmediato llegó el mío, dejé que subieran mis maletas y después de cruzar un par de palabras con el chofer abordé el camioncito, no pasaron más de cinco minutos cuando ya íbamos de camino al hotel, todo parecía una maqueta, no había basura por ningún lado, el aeropuerto se encuentra en un lugar llamado Schiphol que es un distrito meramente empresarial, se localiza a unos 20 minutos en tren de Ámsterdam, recorrimos la carretera que llevaba al hotel pasando por algunos campos de cultivo en donde vi vacas realmente gordas…no de esas que tenemos en Hermosillo y después de unos 15 minutos finalmente llegamos, el chofer amablemente llevó mis maletas hasta la recepción y después de aclarar algunos mal entendidos y acordar que la cuenta se pagaría con la tarjeta de crédito de mi empresa por fin pude subir a mi habitación a descansar.

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