domingo, mayo 01, 2005

Una de tonto amor

He tenido una excelente semana, tengo un nuevo compañero de trabajo que resultó ser un viejo amigo, al que hacía años no veía. Bueno, en realidad es mucho más que eso, es un amor que nació pero que nunca pudo florecer y del que siempre he guardado un muy dulce recuerdo.

Mario y yo nos conocimos en la universidad en donde estudiábamos, yo estaba en uno de mis primeros semestres de la carrera pero para él era su último, cabe aclarar que el tenía novia y llevaban varios años juntos ya, también conocí a Laury, uno de los mejores amigos de Mario.

Resultó que yo me enamoré de Mario y Laury de mí, a pesar de que yo sabía de la existencia de la novia de Mario e incluso llegue a conocerla mis sentimientos por él siguieron creciendo, pasábamos mucho tiempo juntos, reíamos y teníamos una química maravillosa, a pesar de todo él nunca dejó a su novia y aunque siempre mostró interés por mí, y a pesar de todas las cosas que pasamos creo que quizás fui yo la que tontamente se hizo ilusiones.

Todos los problemas comenzaron justo cuando me entere de lo que Laury sentía por mí, en ese momento tuve que confesarle mis sentimientos por Mario porque no quería que se hiciera ilusiones, no lo tomó nada bien y a partir de ese momento se convirtió en mi enemigo y fue el principio del fin de la amistad entre ellos, de hecho creo que es un poco psicópata, aún después de que se gradúo seguía yendo a la universidad, acostumbraba observarme, se me aparecía en todas partes y a veces hasta me perseguía, la verdad llegue a tenerle mucho miedo, aunque nunca se atrevió a hacerme nada.

Por obvias razones y otras no tan obvias, cualquier posibilidad de que pasara algo entre Mario y yo se fue directo al caño, recuerdo bien el día que fue a despedirse de mí, era mi cumpleaños y aunque no lo dijimos sabíamos que esa iba a ser la ultima vez que nos veríamos, nos abrazamos por un largo tiempo y después se fue dejándome con un hueco en el corazón.

Y así dejamos de vernos por 8 años, a pesar de vivir en esta pequeña ciudad que es como un pañuelo no volvimos a encontrarnos, hasta que hace dos semanas, lo vi entre las personas que estaba entrevistando mi jefe para cubrir un puesto vacante. Me dio un vuelco el corazón, apenas lo vi un par de segundos porque iba retrasada a una junta y no pude ni saludarlo. Para acabarla, mi jefe salio ese mismo día a la otra planta que está en Saltillo, así que cualquier posibilidad de averiguar si el había conseguido el puesto se esfumó, tuve que esperar una larga semana, cuando de repente me dijo mi jefe que por fin había encontrado a la persona indicada y que en unos días más se presentaría a trabajar con nosotros, no pude aguantar más y le pregunte por el nombre de él, sentí cosas muy extrañas al escuchar su nombre, me di cuenta de que (por estúpido que parezca) aún quedaba en mí algo de ese amor que tuve por él y así pasaron los días más largos de esos últimos 8 años.

Era lunes, mi jefe acababa de regresar de Saltillo, se acercaba la hora a la que Mario debía llegar y yo no podía pensar en otra cosa, cuando de pronto suena el teléfono, era el guardia de la caseta de seguridad avisándome había llegado la persona a la que esperábamos, pedí que lo hicieran pasar y fui hasta la puerta por él, pase la tarjeta de seguridad, empuje la puerta y ahí estaba, justo como lo recordaba, creo que sonreímos al mismo tiempo, nos abrazamos y se borro el tiempo, el que había pasado y el que transcurría en ese mismo momento, fue como si nos conectáramos en el punto donde habíamos quedado 8 años atrás, solo que el regresaba casado y con unas hermosas gemelas de 4 años.

Actualización 05/11/05

En los siguientes meses nos pusimos al corriente de nuestras vidas, pasamos muchísimo tiempo juntos, había tanto trabajo que hubo un punto en el que solo nos separábamos para ir a nuestras respectivas casas a dormir, cuando al salir de la planta veíamos que el sol ya se había ocultado y al día siguiente casi antes de que saliera de nuevo ya habíamos vuelto. La amistad que una vez tuvimos creció inmensamente como pasa con dos personas que se cuidan las espaldas, se apoyan, complementan y comparten sus alegrías y penas. Inclusive en el trabajo muchos pensaban que había algo entre nosotros.

Nunca me he podido explicar el efecto que él tiene en mí, siempre he sido una mujer que sabe dominar sus sentimientos y emociones, pero cuando se trata de este hombre en particular algo dentro de mí se transforma y pierdo todo mi autocontrol, aunque debo decir todo el tiempo me mantuve al margen y solo me limitaba a escuchar lo que el me contaba. Un día llego con una expresión un tanto extraña en la cara, se sienta a mi lado y me dice que su esposa está embarazada, lo mire, sonreí y le dije que era la oportunidad para que volviera a luchar por su familia.

Fue así como lo volví a perder sin haberlo tenido nunca antes. Hoy en día es papá de su tercer hijo, un hermoso niñito llamado como él. Y yo sigo buscando un hombre que consiga ponerme de cabeza como solo éste ha conseguido hacerlo.

Tan tan.