Creo que después de 4 meses por fin comienzo dejar de sentirme fuera de lugar en esta nueva aventura, me resultó mucho mas difícil de lo que creía dejar atrás el lugar que se convirtió en mi casa, esa ciudad que me adoptó como hija propia, que me dio a tanta gente tan amada, que me vio crecer, reír, llorar, que fue cómplice de mis travesuras de adolescente y mis comienzos como profesionista, ese lugar en donde viví las cosas mas hermosas de mi vida y las más dolorosas también.
De la noche a la mañana tuve que tomar la decisión de dejar todo eso atrás, mi historia, a mi familia y a mis amigos; siempre he pensado que mi vida es un gran sarcasmo y todo lo que ha pasado últimamente lo único que hace es confirmármelo.
De la noche a la mañana tuve que tomar la decisión de dejar todo eso atrás, mi historia, a mi familia y a mis amigos; siempre he pensado que mi vida es un gran sarcasmo y todo lo que ha pasado últimamente lo único que hace es confirmármelo.
El sueño mas deseado y más breve…o la decisión más difícil de mi vida
Unos meses antes de dar este giro tan inusitado creí haber encontrado el trabajo de mis sueños, desde que estaba en la Universidad soñaba con trabajar en telecomunicaciones, hice muchos trabajos y me metí en algunos problemas por tratar de conseguirlo, desgraciadamente nunca sucedió, parecía que mientras mas me esforzaba mas lejos quedaba de mi objetivo, un buen día recibí la llamada más inesperada de toda mi vida, era Francisco Guerrero, gerente de comunicaciones y sistemas de SATMEX (Satélites Mexicanos) me ofrecía la oportunidad de mis sueños, el único inconveniente era que debía de comenzar realmente desde abajo y sin la seguridad real de conseguir un contrato debido a la banca rota en la que se encuentra la empresa, aún con todo, no dudé ni un segundo para aceptar el trato, me sentía como si todo fuera irreal, tardé algunas semanas en acostumbrarme a llegar al centro de control como si fuera mi casa y dejar de verlo como ese lugar que me parecía tan inalcanzable, era increible estar ahí, caminar entre las consolas de control de nave espacial y los equipos que tanto deseaba aprender a operar, estaba YO, en el área de monitoreo, capacitándome como Analista de Acceso y Tráfico y afortunadamente mi desempeño fue tan bueno que en la mitad del tiempo esperado yo ya estaba atendiendo clientes, y así pasaron 2 maravillosos meses en los que aprendí muchas mas cosas de las que pudieran haberme enseñado en la Universidad.
Un buen día (o malo, aún no lo sé) recibí un correo electrónico, era de parte de la empresa proveedora del sistema que administraba y operaba en mi trabajo anterior (debo decir que jamás pensé que trabajar en la industria podría gustarme, pero hubo muchos factores que me hicieron disfrutarlo realmente), -tuve la fortuna de haber sido capacitada en un sistema que solo se había implementado 3 veces a nivel mundial, los consultores y el soporte se encontraban mayormente en Europa, y a mi salida de la empresa quedaron prácticamente sin más conocimiento que la documentación que dejé, curiosamente cuando me fui sentí que en algún momento iba a volver, de eso estaba completamente segura aunque no sabía el porque, es de esas extrañas sensasiones que he tenido a lo largo de mi vida y que resultan siempre en algo inesperado- en el correo me decían que estaban interesados en contratarme, me hicieron una oferta económica muy difícil de rechazar y además de eso, me avisaban que de aceptar debía viajar inmediatamente a Ámsterdam a un curso de capacitación.
Tuve que comenzar a pensar en el futuro, en ese momento estaba viviendo profesionalmente lo que siempre había querido, desafortunadamente la situación económica en la que me encontraba y la falta de seguridad de un contrato con Satmex me hizo inclinarme por la nueva oferta que tenía, apenas tuve un poco más de una semana para hacer todos mis preparativos, despedirme de toda mi gente y mentalizar que iba a otra ciudad en donde me iba a encontrar completamente sola.
Llegado el día de mi partida tuve que pedir que nadie fuera a despedirme al aeropuerto, me sentía triste y con una gran incertidumbre ante lo que me esperaba lejos de mi hogar y preferí irme sin llorar, así que solo fué uno de mis mejores amigos a dejarme, en cuanto pude lo abrace muy fuerte, me dí la media vuelta y entre a la sala de abordaje.
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