A donde sea que vayan
y descalzas vaguen y sus cantos eleven
y sus penas arrastren
A donde sea que regresen
y en penumbra despierten
Cumpliendo el tiempo
cerrando el ciclo
yendo y viniendo
Y se reconocen al pasar de soles y lunas
y lunas y soles, dejando en sus pieles
huellas endebles
Y sucede casi en un etéreo suspiro
que se cruzan al andar
y se sienten y se presienten
Y se abrazan o se hieren
y juntas el manto de lo olvidado extienden
Hasta que el lazo vuelve a ser desatado
y a la penumbra eternamente dé paso
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