En este cansancio de seguir por siempre
las huellas que deja el ocaso al alba
En desnuda mudez que implora
salir a gritos del alma
y arrancar los pálidos susurros
que el viento me niega
En eternidad impregnada del perfume de tu voz
donde busco la sombra que te abandona
cada vez que vives, cada vez que mueres
Y por ahí seguiré tiñendo de rojo los mares
con el rocío que de los poros me brota
mudando mis restos, cada vez que vivo, cada vez que muero
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