Aquí va otra de las sarcásticas historias de mi vida....
Resulta ser que después de una búsqueda express de departamentos en la ciudad, encontré uno en una zona que me pareció segura, céntrica y con buenos medios de transporte a la mano. Al principio, cuando salí a explorar la colonia, hubo calles que me parecieron un tanto conocidas, pero me convencí que era parte de la añoranza que había sentido por volver a vivir a esta ciudad, cuando llegué todas las panaderías se parecían a aquella en donde una vez mi papá me había comprado una figurita de azúcar para mi pastel de cumpleaños, ese cumpleaños cuando ya era tan grande como todos los dedos de mi mano; Bueno, volviendo al presente, el nombre de la calle en donde vivo me hacía recordar la dirección de la empresa en donde tuve mi primer trabajo como profesionista (hace unos 5 años), así que un buen día me decidí a buscar la dirección. Fue enorme la sorpresa que me llevé cuando me di cuenta de que estaba viviendo a una cuadra de donde había trabajado, en realidad yo era Ingeniero de Servicios para esa empresa pero mi plaza se encontraba en Hermosillo, una sola vez había estado en las oficinas y en ese entonces conocía la ciudad de México muy poco; La empresa ya no estaba ahí, ahora hay un edificio de departamentos, pero cuando regrese a caminar sobre mis pasos, mi mente dejó salir montones de recuerdos que de otra forma se habrían quedado en el olvido.
La boda fallida… sarcasmo de mi departamento #2
Hace algún tiempo, el cual prefiero no ubicar aquí, estuve comprometida en matrimonio, en resumen, los preparativos no habían avanzado mucho pero ya teníamos vista la parte de la música entre otras cosas, pero como lo que no debe ser nunca será, los planes se cancelaron. Cuando vine a ver el departamento, el chico que me lo renta, me comentó que en el piso de arriba vivía una pareja amiga suya, y que eran violinistas. Unas semanas después de haberme instalado los escuche ensayar y me gustaron muchísimo, y así, la vida pasó por algunos meses, un buen día, en la puerta de mi edificio, amanecieron unas revistas de preparativos para boda, me pareció muy extraño, pero como eran varias de la misma edición y no tenían destinatario me decidí a tomar una, no le di importancia y la dejé junto a mis demás revistas, en algún momento me volví a topar con ella y empecé a hojearla, no pude evitar recordar cuando yo estuve envuelta en toda esa locura que es planear una boda, justo en una de la páginas del final, en donde venían todos los anuncios de proveedores, me encontré uno que me dejó helada, el cuarteto “Mozart”….¡¡El que habíamos escogido para la boda!!....dirección…¡¡La misma que la mía!!...departamento 10.
Así es, resultaron ser mis vecinos, a los que había escuchado ensayar y que viven exactamente arriba de mi departamento, ¿que si creo en el destino?...empiezo a hacerlo.
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