He pasado unos días excelentes en este maravilloso estado, comenzando con el vecino de la sala general de salidas en el aeropuerto del D.F., estaba sentado junto a mi mamá, yo solo vi uno zapatos de hombre que me gustaron, cuando se levantó, lo examiné y me pareció que no estaba tan mal, lo perdimos de vista como por 1 hora, pero apareció de nuevo en la sala de abordaje, resulta que estaba en el mismo vuelo que nosotras, en fin, todo parecía una coincidencia común y corriente, transcurrió el vuelo, llegamos a Mérida y para ese entonces ni nos acordábamos de que el fulanito existía, tomamos un taxi al hotel y como ya era tarde decidimos solo dar un paseo cerca e ir a comprar algunas cosas que necesitábamos.
Tenemos la habitación 349, pero por alguna extraña razón yo me confundí 2 veces e intente abrir la 348 pensando que esa era mi habitación, no sucedió nada, me dieron carrilla por distraída diciendo que de seguro el que estaba en ese cuarto me gustaba y bla bla bla... lo interesante fue cuando al regresar al hotel tomamos el elevador, vi los mismos zapatos que me habían gustado, los cuales no son precisamente comunes pero cualquiera podría traerlos, el fulanito que los llevaba en esta ocasión usaba gorra y estaba intentando platicar con Michelle (mi sobrina de casi 2 años), así que miraba hacia abajo, salimos en nuestro piso, detrás de nosotras el fulanito... dimos vuelta... y seguía caminando detrás de nosotras, otra vuelta... ahí seguía, finalmente lo vimos y resultó ser el del aeropuerto....y estaba hospedado....en la 348!! no pudimos aguantar la risa y soltamos la carcajada mientras intentábamos abrir la puerta... yo muerta de vergüenza.
Al día siguiente, cuando nos preparábamos para ir a Uxmal, resultó que nos lo volvimos a topar en el elevador, esa vez ya no llevaba gorra pero sí su maleta, el camino en el elevador fue un poco incomodo para todos, él atino a decir -buenas tardes-, aunque era de mañana, cabe aclarar que era gringo, lo sé porque vi su pasaporte en el aeropuerto, así que el gesto se agradece, otra vez la carrilla, nos subimos al carro, apenas le dimos la vuelta al hotel, y volvimos a verlo, parado afuera de un oxxo... sin su maleta, así que con algo de suerte vuelve a aparecer por aquí y esta vez mínimo si nos lo llevamos a pasear.
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