domingo, marzo 04, 2007

Otra de esas raras historias...

El pequeño diccionario...

Las ultimas semanas aquí han sido muy duras, quien bien me conoce sabe que es muy difícil que me de por vencida y en esta ocasión ya llegue al punto de considerarlo, alguna vez alguien me preguntó si creía en el destino y como para que no se me olvide que debo hacerlo, el mismo destino me mandó un recordatorio…

Ayer fui con mi compañero de la India a buscar perlas para su esposa, le recomendaron un mercado en el centro de la ciudad, saliendo del trabajo le pedimos al chofer que nos llevara a ahí, había un tráfico del demonio a causa de la lluvia y yo en lo único que pensaba era en volver al hotel y dormir un poco.

El encontró lo que buscaba y mientras regateaba yo me dirigí a una tienda que me pareció interesante, había algunas cosas viejas aunque no como para considerarse antigüedades, también algunos objetos que prometían ser maravillas, como el espejo de Mao o su taza de té, cuando me disponía a salir del lugar, un pequeño librito llamó mi atención, lo tomé, lo abrí y lo primero que encontré fue mi apellido materno subrayado en rojo.

Debo haber puesto una gran cara de asombro, porque el dueño, -un señor mayor que no hablaba absolutamente nada de Inglés- de inmediato comenzó a preguntarme a señas si ese era mi nombre, pregunté por el precio, no regateé como lo hubiera hecho con alguien mas joven, con más ventajas y sobre todo con más ventas, a final de cuentas la anécdota bien valió la pena.

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