jueves, junio 19, 2008

En las alas de tu alma

Este es un poema de uno de mis mejores amigos, aquí está la publicación pedazo de estopa :)

Fuí en sombras vivas creado,
con escencia de fuego nocturno,
bajo arcanos cielos olvidados...
Contando centurias como estrellas,
Perduré vidas devorando demonios,
despertando lunas tras días,
al otro lado del tiempo
bajo la piel de la tierra,
Solo invocado por la sangre,
por devorarla de nuevo...
No existía el todo y la nada
ni siquiera las ganas por volar...
Viajé entonces de tu galaxia pura
Tan lejos como me llevó el viento....
Y encontré lugares
y mares distantes,
más allá del tiempo..
Tan léjos como la conciencia...
Ahí,
pude ver sin mirar
malditos surcos blancos,
nivéos y humeantes...
Lunas rojas vacías de vida,
hallé parcas y destinos sin buscar,
sin lograr...
Ahí...
Crecí intocable al viento,
dueño y señor de puertas,
fuente de deseo y penurias,
logradas y robadas,
robadas al aire y al mar,
logradas por socavar al ser,
durante eónes y lujurias de sangre,
Contra Juno,
contra Gea...
Contra mí...
Los vientos aliados,
nocturnos se agolpaban,
derribando cercas y muros...
Gea imploró en vano,
cayó en sangre sobre fuego sin fin...
Pero...
Soplo a soplo también caí,
entre luz y sombras...
De lo que antes fué
cási un hombre
quedo ceniza etérea...
Y mientras avanzaba,
ponía más y más alcance,
sobre los paisajes de Dante...
Pero aún así...
Aún ahí...
Guardé Luz cristalizada en el alma...
Aunque pálida como ausencia,
cálida como sol implacable,
viva al recuerdo,
sin mortaja ni llantos,
tan solo una estrella...
Y así...
Al final,
Caí de rodillas ante tí,
con ojos profundos cual abismo,
fulgurantes y distantes al viento...
Fué ahí,
donde capturé un angel entre las alas del alma...
entre el cielo de tus labios
y el último chakra de nombre falso...
Y todo fué noche ahora,
Todo está hecho...
Todo...
Hasta que...
Dentro del espejo del alma,
me encontraste fundido y aferrado a tí,
Al recuerdo y a tus ojos...
Regado sin orden alguno,
como despojo pasado a cuchillo...
De los 17 dados de mi copa,
uno a uno los reuniste
y los encerraste en tu sonrisa
y me lavaste en tu cabello...
Y no importó encierro alguno...
Este resplandor recobrado,
bajo tus cristales sin paño,
alzo la voz al cielo...
Y bajo el beso mojado por tus labios,
Entre la piel recorres y renuevas mi sangre,
Desterrando deseos elíseos
y efímeros...
Ahí escarbas y encuentras
placeres olvidados,
cási muertos...
Mientras me devoras...
Hasta volverme fuego,
sin el cuál,
después,
jamás viviré...
Más que para tí,
Entre las alas de tu alma,
debajo de la piel...
hasta volver al amanecer,
hasta que no existan tales...
Hasta salvar el amla,
Que nunca fué
mía....



Duke, 2003

A ti pollito, luz de mis días, que has desterrado mis demonios....

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