Pues no tengo una espada del augurio, pero la semana pasada tuve una experiencia un tanto extraña, resulta que una amiga me recomendó un clarividente que tiene como especialidad la lectura del café, estaba ella tan emocionada con llevarme, que me hizo una cita a las 8:00pm ese mismo día (deben saber que mi amiga muere por emparejarme con alguien), el caso es, que llegamos a la cita, Joaquín nos recibió como si fuéramos sus grandes amigas (así se llama el clarividente), me preparo el café, y cuando me lo dio para que lo bebiera, me dijo que no le soplara ni lo sorbiera, de modo que como estaba hirviendo, tuve que esperar a que se enfriara. -Debo decir que no fue mi primer contacto con éste tipo de cuestiones esotéricas, y que es precisamente por eso, que no iba como una ciega creyente de lo que pudieran decirme.-
Cuando el café por fin se enfrío y pude beberlo, me di cuenta de que era extremadamente espeso, al fondo de la pequeña taza se veían los asientos del café, de los cuales todavía tuve que tomar un poco y sentir como si tuviera algo de arena en la boca, ya que lo terminé por completo, Joaquín comenzó a darme instrucciones de cómo manipular la taza, algo de ponerla sobre mi mano, taparla con el plato, darle vueltas mientras repetía lo que él me decía, y al final, voltear la posición de la taza y el plato sobre la otra mano, para que al final quedara boca abajo sobre el plato. Después de eso todavía tuvimos que dejarla reposar por unos minutos más, ahí fue cuando sin saber porque, comencé a sentirme muy nerviosa. Supongo que Joaquín se dio cuenta de eso, porque cuando pasamos a la mesa donde iba a comenzar con la lectura, me estuvo acariciando el cabello y en vez de concentrarse en el café, se volteo hacia mi y me dijo que primero quería hablar de mi aura, me estuvo observando por un rato y cuando por fin habló, me dijo cosas de mi persona y mi pasado que son absolutamente ciertas y que no había forma de que él las hubiera sabido antes, en ese momento fue cuando empecé a pensar que podría ser que no se tratara de un charlatán.
Terminando eso, tomó la taza de café y la dejó aparte boca abajo sobre una servilleta, estuvo viendo el plato y ahí me vio enamorada, y dijo cosas que me confundieron y otras que no puedo aceptar, me dio nombres, tiempos y detalles. Después de eso agarró la servilleta, me dijo que iba a cerrar un círculo en mi vida, me dio más nombres, aunque no todos me resultaron familiares, y por último vino la taza, donde me vio logrando todo lo que me proponía, teniendo un excelente futuro, me dijo muchas cosas que me resultaron extrañas y más nombres de personas que llegarán a ser importantes en mi vida.
No quiero dar muchos detalles de todo lo que me dijo, pero hay algo que sé que a muchos les va a dar risa, y es que se supone que me he de casar dentro de uno o dos años, verdad o no, lo único que puedo decir es que salí de su departamento segura de que un charlatán no es, aunque no ha de gobernar mi vida nada de lo que me dijo, porque siempre la decisión final va a ser completamente mía.
Cuando el café por fin se enfrío y pude beberlo, me di cuenta de que era extremadamente espeso, al fondo de la pequeña taza se veían los asientos del café, de los cuales todavía tuve que tomar un poco y sentir como si tuviera algo de arena en la boca, ya que lo terminé por completo, Joaquín comenzó a darme instrucciones de cómo manipular la taza, algo de ponerla sobre mi mano, taparla con el plato, darle vueltas mientras repetía lo que él me decía, y al final, voltear la posición de la taza y el plato sobre la otra mano, para que al final quedara boca abajo sobre el plato. Después de eso todavía tuvimos que dejarla reposar por unos minutos más, ahí fue cuando sin saber porque, comencé a sentirme muy nerviosa. Supongo que Joaquín se dio cuenta de eso, porque cuando pasamos a la mesa donde iba a comenzar con la lectura, me estuvo acariciando el cabello y en vez de concentrarse en el café, se volteo hacia mi y me dijo que primero quería hablar de mi aura, me estuvo observando por un rato y cuando por fin habló, me dijo cosas de mi persona y mi pasado que son absolutamente ciertas y que no había forma de que él las hubiera sabido antes, en ese momento fue cuando empecé a pensar que podría ser que no se tratara de un charlatán.
Terminando eso, tomó la taza de café y la dejó aparte boca abajo sobre una servilleta, estuvo viendo el plato y ahí me vio enamorada, y dijo cosas que me confundieron y otras que no puedo aceptar, me dio nombres, tiempos y detalles. Después de eso agarró la servilleta, me dijo que iba a cerrar un círculo en mi vida, me dio más nombres, aunque no todos me resultaron familiares, y por último vino la taza, donde me vio logrando todo lo que me proponía, teniendo un excelente futuro, me dijo muchas cosas que me resultaron extrañas y más nombres de personas que llegarán a ser importantes en mi vida.
No quiero dar muchos detalles de todo lo que me dijo, pero hay algo que sé que a muchos les va a dar risa, y es que se supone que me he de casar dentro de uno o dos años, verdad o no, lo único que puedo decir es que salí de su departamento segura de que un charlatán no es, aunque no ha de gobernar mi vida nada de lo que me dijo, porque siempre la decisión final va a ser completamente mía.
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